sábado, 12 de marzo de 2011

El ultimo amanecer - Cuento Corto (mas o menos)

La hora avanzaba rápido a estas alturas de la madrugada ya no quedarían mas que unos minutos antes de que aclarara. Nahia iba cubierta de la chaqueta que Gael le había puesto encima unos minutos antes,no habían hablado en todo el camino mas por la renuencia de ella a responder las preguntas de el que por otra cosa, pero Gael no se rendiría tan fácil así que espero a que la chica bajo su chaqueta empezara a bajar la guardia y cuando vio que el frío y el sueño la habían hecho acercarse bajo su abrazo se dispuso a hablar.
- ¿Como te llamas?
- eso no viene al caso.
-Al menos me darás tu numero celular
- ¿Y eso que cambiaría Gael?
- Nada, lo se, es lo que así podre mandarte mensajes cuando quiera decirte algo, si es que no quieres contestar cuando te llame.
- Pero no hay nada que yo quiera decirte y tu no tienes que decirme nada ¿ Por que insistes en acompañarme?
- Es solo que me gustaría poder oír tu voz de vez en cuando, de alguna forma me tranquilizaría saber que estas al otro lado de la linea.
- Pero eso no es posible, escucha, nuestros caminos se cruzaron por pura casualidad, nos conocimos esta noche y nos desconoceremos por la mañana, así debe pasar.
-¿Por que?
- Es que no estoy segura de que me agrades?
- Y no hay ninguna posibilidad de que eso cambie.
- Eso ni siquiera es una pregunta es una afirmación , no, no la hay.
- Es que me gustas
- Pues dime que te gusta de mi, encontraras a otras mas lindas que yo, mas inteligentes y mas graciosas. A mi déjame en paz.
- Tu eres linda.
- Pero no mas que cualquier otra.
- Para mi si.
- Te equivocas.
- ¿Al menos me darías un beso antes de irte.
- Solo si prometes que lo olvidaras después.

Gael se acerco de a poco ansioso pero cohibido frente a la presencia de aquella menuda mujer,que no alcanzaría el metro sesenta frente a los casi metro ochenta de el, se sentía como un niño, incapaz de contener las ganas de llorar frente a la humillación que sentía. Por otro lado Nahia tenia la respiración acompasada, los años de natación le habían enseñado a relajarse incluso frente a una amenaza como aquella, cerro los ojos dispuesta a soportar indiferente lo que venia.
En cuanto sus respiraciones se cruzaron Nahia no pudo contener un escalofrío producido por el repentino calor de la respiración de el sobre su boca, disipo sus ganas de huir y espero. Gael con una pasión insoportable trato de calmar sus ánimos pues sentía que aquella mujer se le escurriría de las manos si hacia un movimiento muy brusco, pero en cuanto toco sus labios toda la calma que había logrado conseguir se disipo como niebla, se sorprendió al no sentir calor en sus labios ni frío, era como si sus cuerpos se encontraran a exactamente la misma temperatura.
Nahia soporto impávida el beso, se dedico a pensar en el amanecer y se dio cuenta en lo mucho que se parecían las sensaciones. Gael pensaba algo parecido, el beso era lento pero con una urgencia extraña la misma que siente la noche al saber que se acerca el sol, los labios fríos en la superficie escondían una ternura interior lo mismo que sentía al salir en la mañana cuando aun hace frió pero el cuerpo siente el calor que aun no aparece realmente, cuando por fin se sintió mas confiado intento abrir la boca de la chica con la lengua. Ella se exalto al ver sus esfuerzos pero entendió que no podía hacer nada para impedirlo, así que simplemente cedió, y se dedico a pensar en lo ocurrido durante la noche, la pelea con sus padres, el restaurante barato donde había escuchado a la banda de jóvenes tocando rock mientras se tomaba un café. La forma en que uno de ellos se le acerco después de que el restaurante estaba cerrando, a ofrecerle un café, a contarle que se llamaba Gael y que estudiaba en la misma universidad que ella. También Pensó en el futuro, en la beca que había conseguido a duras penas y que la llebaría a conocer Europa, pensó en como iba a dejar a su hermano pequeño. Gael ya no sentía frío pero si cansado se dio por vencido a ver que ella no le respondería nunca que era como besar a una estatua, bella, pétrea y fría.
Cuando Gael acabó dejo escapar un suspiro derrotado y siguió caminando con Nahia al lado, inmutable igual que al principio.
-Nahia.
-¿Que?
- Así me llamo, Nahia.
- Es muy raro ¿No lo crees?
- Significa deseo, es casi una contradicción.
-Yo creo que solo intentas disimular .
- ¿Que?
- Me parece que en el fondo eres como yo impulsiva y pasional, solo que lo escondes, no se por que.
- Puede ser.
- Ya casi llegamos.
- Casi amanece.
- Lo se.
Caminaron en silencio una ultima cuadra ambos escondidos bajo el amparo de los últimos momentos sombríos. Ella pensando en que su primer beso había sido extraño pero que no la había disgustado en lo absoluto, también sintiendo vergüenza creyendo que lo había hecho mal, que por eso ningún hombre jamas la había querido. Él confundiendo su inexperiencia con indiferencia, furioso por no haber logrado convencerla.
La estación de buses ya se encontraba frente a ellos, Nahia se quito la chaqueta de encima y se la entrego a Gael que la recibió con el orgullo quebrado.En ese momento apareció un sol frío sobre la cordillera cubierta aun de niebla.
- Ya amaneció es hora de olvidar.
- Es cierto, lo prometí.
- Adiós Gael.
- Adiós Nahia.
Ella se subió al autobús sintiéndose mas inútil que nunca dispuesta a irse lejos, había logrado convencer a Gael de su indiferencia, no quería complicar las cosas, de todas formas mañana estaría en un avión en dirección a Barcelona donde cursaría lo que le quedaba de universidad.
- Gael en cambio volvió deshaciendo el camino, furioso consigo mismo, impotente. Se puso la chaqueta sobre los hombros y sintió el olor de las amapolas filtrándose a través de sus poros, se le formo una bola en la cima de la garganta que intento tragar con todas sus fuerza pero le fue imposible acallar el llanto que tenia dentro . Lloro todo el camino de vuelta, lloro de impotencia y de soledad si saber a en un autobús al otro lado de esta ciudad sin descanso una chica tímida lloraba de inexperiencia y soledad.
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