jueves, 27 de octubre de 2011

Concéntrate

¿Que pasa cuando todo lo que creíste cambia? ¿Como se vuelve a tomar el camino? esas son las preguntas con las que tenido que discutir en mi cama últimamente, es que es complicado cuestionarte todo lo que antes pusiese como un dogma y darse cuenta que todo lo que viste no era ni una cuarto de la realidad. Quizá estoy haciendo un remolino en un vaso de agua o quizás no, no lo se. Y me siento como quien no tiene suelo donde poner los pies, a veces pienso ¿Y si hay algo mas allá de lo que decidimos? porque me resulta tan difícil creer en todos los acontecimientos que han sucedido este año que aun no acaba.
Cuando en año nuevo me hice la promesa de arriesgarme, aventurarme a las nuevas experiencias jamas imagine las consecuencias que eso me traería, ahora no se si me arrepiento solo me cuestiono lo transitorio de esta "felicidad" lograda en tan poco. Mis prioridades, mis pensamientos se abrieron muy rápido y ahora me faltan manos para agarrar todo lo que se escapa. Estoy en ese pequeño lapso de la vida en que descubro quien soy verdaderamente, que es lo que quiero, para que estoy aquí, y aunque busco y busco las respuestas no lo se y lo peor es que ya ni siquiera me importa, ahora estoy siendo muy subjetiva así que me explicare mejor.
Lo que quiero decir es lo siguiente... no puedo dejar de pensar en las cosas sentimentales, en los momentos pequeños pero decisivos en la luz reflejada en el iris de un ojo marrón cuando debería preocuparme por mi futuro por lo que quiero ser, antes estaba segura que la biología era lo mio, que me gustaba, ahora ni siquiera le veo el punto a preocuparme. ¿De que me vale la plata que gane trabajando como loca toda la vida si voy a estar tan apurada en terminar todo que me voy a perder de las pequeñas cosas que si quedan grabadas? ¿Que es mejor recordar millones de datos o solo un instante de total desprendimiento? Quizás muchas me dirían e incluso mi antiguo yo lo diría... Estas viendo todo mal, concéntrate en los objetivos, alcanza el estatus que tu siempre quisiste, concéntrate en lo que puedes llegar a hacer!!! Pero lo intento y no puedo, y siento que estoy perdiendo el tiempo y al mismo tiempo mi corazón me dice que este a sido el año en que mas he vivido, en que mas he crecido, pero porque no logro saber lo que soy? Es que quizás lo mio no es ver por el futuro sino soy el hoy, el ahora.
Mis padres no estarán para siempre encargándose de mi, entonces algo tengo que hacer no? trabajar, estudiar algo que me salve de vivir atrapada en una oficina llena, o quizás estudiar solo significa tener una oficina mas grande pero siendo igual de esclavo que quien no estudio?.
Tanta divagación por lo que descubrí una mañana acostada en el pasto de un parque mirando el verdor moviéndose al rededor, intentando buscarle la sintonia con el ritmo de un corazón desbocado que se escucha muy cerca mientras se intenta contener la respiración de a poco. Luego perder la razón en un abrazo estrecho sin pensar mas en nada solo en los movimientos que aparecen por si solos, me pregunte por que la falta de palabras concretas, ahora no lo hago, no hacían falta frente a descubrimiento tal, lo hubiesen manchado todo, lo hubiesen vuelto burdo. Es así como debía ser inmaculado y secreto; encontrar en mi flores donde una vez fue inhóspito, cambia las formas en que se mira el mundo es algo que siempre imagine pero descubrí estaba muy lejos de lo que la mente puede crear.
Por eso ahora solo encuentro preguntas no respuestas y se me vuelve difícil respirar, no me arrepiento solo me pregunto que es lo que viene...

lunes, 17 de octubre de 2011

De como empezar al revés

- Me levante sudada, el reloj en la pared no me dejo dormir, las paredes de papel mural roto me recordaron en seguida que no me encontraba en casa. ¿Donde estaba? a si, era la habitación de un motel barato a mas de no se cuantos kilómetros de mi pueblo natal. Pero esa no era la pregunta que mas me inquietaba en ese momento lo que primero debí preguntarme fue ¿Que estoy haciendo aquí? las imágenes vinieron a mi cabeza en el instante que formule la pregunta. - Recordé una pieza roñosa llena de pequeños objetos, papeles amarillentos por la humedad, pensé en el colchón gastado por los años en el que solía dormir, recordé lo mucho que lo odiaba. - Por entonces pasaba mis días vagando en las calles polvorientas de Concepción, había algo en esa ciudad que me hacia sentir nauseas. Mamá me decía que siempre había sido así, me repetía : Mane, tu siempre te avergonzaste de mi, cuando naciste chiquilla, me miraste y en tu cara se veía el asco que sentías por mi, tomaste de mi teta y vomitaste to´o, desde hay no volviste a probar mi leche, tu eri una cabra que nació pa´ otras cosas, pero la suerte no te toco no mas y vai a terminar igual que yo limpiando pisos. Luego de eso siempre se reía de manera estruendosa, se reía de mis sueños, se reía de mis libros, se burlaba de la vida como si reír fuerte apaciguara los doleres de la ulcera, como si la hiciera olvidar el abandono. - Razones no me faltaron para abandonarla allí, ahora era libre, tenia la oportunidad de dejarla y lo hice sin mirar, no voy a decir que no me avergüenza haberle sacado la plata que tenia para la operación pero no tenia opción, cada día que pasaba allá me sofocaba mas, me faltaba el aire y tarde o temprano no me hubiese quedado nada que respirar. La vieja va a conseguir la plata igual, le basta acostarse con algún minero con el sueldo en el bolsillo, yo en cambio no tenia como tener dinero, lo que lograba conseguir friendo papas en un local de comida rápida, ella me lo quitaba todo, y lo que no apenas me alcanzaba para comprar un vestido bonito o tomarme un helado con alguna de mis amigas de vez en cuando. - Me levante de la cama con aire nuevo en los pulmones de pronto no me importo no haber dormido, no me importaron las ojeras que afeaban mi cara reflejada en el vidrio salpicado de agua, mi estomago me recordó que no había comido nada desde que salí de casa. No tengo dinero suficiente para mantenerme, pero sin comida tampoco podre hacer nada para conseguirlo. Baje rauda las escaleras del motel, era una vieja casona en el centro de la cuidad, a pesar de lo notorio de su antigüedad no estaba descuidada, estaba pintada de verde oscuro. Abajo me miraba una viejecita encorvada, vestida con un chaleco peluciento hediondo a vejez. ¿Mijita como durmió? la escuche decirme, no tenia ganas de responderle mas lo hice de cualquier forma solo para quitármela de encima rápido. Pero me equivoque porque siguió hablándome, yo apenas la podía escuchar no podía dejar de mirar como las arrugas de su frente se movían me pregunte si lo hacían solas o la vieja se los ordenaba, parecían olas moviéndose al unisonido, como en un vaivén, no quiero llegar a ser como ella, me matare antes de ver arrugas en mi piel, la vieja no deja de hablar, ¿como la callo?, no lo soporto. - Discúlpeme, tengo mucho que hacer, podemos seguir esta charla luego- dije desesperada. La vieja se disculpo por retenerme, mas era claro que no lo sentía, es estúpido disculparse cuando se sabe lo que se hace, pero claro no me podía poner a pelear con una anciana senil, serian palabras lanzadas a una pared. Camine rápido mirando al suelo, no conocía las calles pero no tenia nada que hacer y mi estomago seguía castigándome, el cielo estaba gris pero seguía haciendo un calor insoportable y podía adivinar las gotas de sudor perlandome la frente, no se veía mucha gente, solo uno que otro caminaba rápido y sin mirar a nadie en particular. Como al medio día encontré una cafetería que parecía lo suficientemente accesible para mi presupuesto, entre caminando mas lento mirando donde estaba, el letrero sobre la pared decía " Donde Martita". Supuse que debía ser la dueña, me senté hacia la ventana y apoye mi mochila en el otro asiento, a los minutos después apareció una muchacha como de mi edad con una carpeta y una libreta en las manos, dejo la carta sobre la mesa y dijo: A esta hora solo tenemos café, te y pan con huevo. Le pedí un café y una paila con huevos y se alejo, era muy linda tenia una silueta esbelta a pesar de que no era muy alta, tenia un lindo color de piel algo tostado y el cabello castaño muy claro, sentí algo de envidia, parecía muy superior a mi. Cuando volvió con la comida me pareció aun mas agraciada, pero podía notar que estaba enojada por algo, sentí ganas de preguntarle que le había pasado pero seguramente se reiría de mi, de cualquier forma yo debía tener aspecto de mendiga y ella pensaría: Esta nena me pregunta a mi porque me veo así, cuando ella seguro no tiene ni donde caer muerta. Así que decidí que sería mejor no decir nada. Cuando se estaba marchando, se dio media vuelta me miro y dijo espero que tengas como pagar eso y sin esperar respuesta se marcho. No pude decir nada, me sentí tan humillada tanto que mis mejillas se volvieron carmesí solo atiné a bajar la mirada y tratar de ser invisible al menos mientras aun me encontraba ahí. Los huevos estaban deliciosos o quizás era solo la impresión de alguien que llevaba demasiado sin comer, el olor del café me envolvió en un espejismo de cosas buenas. Me descubrí pensando en que tenia un departamento lindo, ropa aun mejor. De pronto sonó la puerta, mas fuerte de lo que había sonado antes, me di vuelta a mirar era un hombre joven, quizas vinticinco años llevaba unas gruesas gafas de carey negro, era muy alto y delgado, la delgadez de traslucía incluso a través del grueso sweter que usaba, tenia los jeans rotos pero no parecía pobre, o los jeans le sentaban muy bien. Su cara era alargada como una proyección de su cuerpo, me sorprendieron lo largas de sus pestañas. Él miro de pronto a la mesera que me atendiera antes, ella lo miro también y descubrí en seguida que era él la razón de su enfado, mas el joven sonrió amplia mente, camino hacia ella y le oí decirle Carito mi linda, ¿porque esa carita?. La chica safandose de sus brazos le respondió algo de la hora, y que lo había estado esperando, y que ya no quería salir, que no tenia ganas. El hombre se rió y dijo pues bien te espero a que termines el turno de cualquier forma no me puedes echar, le dio un beso en la mejilla y alejo de ella en mi dirección. Se sentó en la mesa contigua a la mía y saco un libro de su bolso, acomodó sus gafas y antes de comenzar su lectura le gritó a la chica que le trajera un té.

viernes, 14 de octubre de 2011

Una salida cualquiera

Mañana. Pasado mañana. Ayer. Hoy . El tren pasó a las tres. Maria y su vestido morado. Una Corriente de aire. Choca mi cara contra el muro. Mire sus pies descalzos. El mar luce lindo. Un beso ha sido robado. No lo encuentro, ayúdame a buscarlo. ¡Esta debajo de la cama! - gritó mamá. He de encontrar lo que no ha sido buscado. El cielo se ha nublado. Mañana me muero, se escucho a lo lejos. La eternidad retumba tal campana. Cállate me dijo. ¡ Lávate las orejas!. ¿Como me dijiste que se llamaba?. El agua escurría del tazón sobre la mesa. He de amarte un día le dijo la prostituta. Mientras tanto duérmete. Te te dicho. Maria madre de dios. Recemos que salga el sol. Anda te y busca los huevos te he dicho mujer. La moral ha sido destruida. Un profeta que profetisa el pasado. Nos vemos hoy a las diez. Se preparan los caballos para correr. ¡Que emoción!. No logro respirar. Su corazón latía. Mas no estaba seguro de que fuera verdad. La tierra arde. El estremecer de sus cuerpos. un campo de centeno me he comprado. Para cosechar hay que plantar. Ultimo avisos a los pasajeros. La luna parecía inmutable en su. Oscuridad del averno. He encontrado el camino a la felicidad. Miradme y afirmad que vuestro pensamiento no es mio. Me mordí el labio por la mañana. Cepillaste los dientes. El dolor torno todo de un color oscuro. Ya no podíamos vernos las caras. La mina se volvía más angosta. Sentirás un leve pinchazo. Mami tengo miedo. Un pájaro interrumpía mi sueño. ¡Malditos bastardos!. Juan ponga atención. ¿Alguien me dice en que año comenzó la guerra?. Y así fue como Dios creo al hombre. Mira la televisión. Se lo gano. Perdí mi conciencia en el abismo inimaginable. Y así fue concebido el Psicoanalis. Hemingway. Puje con las fuerza. Voy a estallar. Mire al cielo. Un hombre se lanzo del décimo piso. No hagan tanto ruido por dios. ¡Las zanahorias a mil!. Sus manos tocaron la tierra por primera vez. Estábamos exhaustos. Listo, terminamos por hoy. Mierda. Lo olvide por completo. Acariciad mi fúnebre carroza. Antes de que se la coma el lobo. El hombre no podía parar. Puñaladas. Una. Mil. Dos. Quince. Tres por quinientos. Podía sentir la comida ser triturada. Se movía en espasmos regulares. Nos quedamos. ¡Quietos!. El firmamento se mueve. Y así termino. Mañana no será otro día. Estúpida rutina. Un teclado sonaba en la oficina. Te odio me dijo con lagrimas en los ojos. El tren se fue a las once. En la once comimos pasteles de. ¡Mierda!. Adiós nos vemos luego.