jueves, 11 de noviembre de 2010

Capitulo Cinco- Continuación

Lo demás fue como por inercia subimos las viejas escaleras de motel, resultaba que era una casona antigua casi colonial, construida seguramente en el esplendor de la antigua aristocracia de un Chile perdido, era el tipo de lugar en el que siempre quise vivir, las viejas molduras de madera contaban su historia mientras veía los dedos de Laura recorrerlas como jugando con ellas en un juego infinito e imposible de ganar, un juego perdido.
Mi animo se volvía cada vez mas inestable y sentía el sudor emanar de mi cuerpo eterno. El tiempo se volvía de horas a segundos y de segundos a horas a su antojo, maldito tiempo que ríe mientras juega con las personas, con sus emociones, maldito tiempo tan subjetivo que resulta de una perra contradicción siendo medible y cuantificable y a la vez es eterno y no existe. 
Introducí la llave dentro de la cerradura de la puerta numero 22 y empuje, la pieza estaba decorada de manera aparatosa (típico de un motel barato) la luz de colores diferentes le conferían a aquel antro una especia de surrealismo como en un sueño.
- Laura paso delante de mi colocándose en el centro de la habitación las cortinas cerradas, su cara resplandeciendo, se volvió una cebolla desprendiéndose de sus capas de una en una, lentamente, quedando desnuda, solo lo mas tierno, el centro. Sentí mi hombría despertar y ya no hubo más, me volví un lobo, un cuervo y un buitre. Tape su boca, su seno, su todo, ella solo un objeto delante de mi, mi juego, mi lápiz y mi papel con ella podría hacer todo, sin quejas, sin limites. Coloco sus labios sobre mi oreja y susurro- Se que moriré por ti, pero así debe ser, siempre lo supe- y no volvió a hablar, quizá escuche sonidos guturales, no lo recuerdo. Perdí mi reloj, no se que hora fue cuando fui a otro mundo, un mundo diferente, mi mundo, uno en el que fui feliz, uno inexplorado, un lugar al que nunca había llegado pero uno efímero que solo duro un momento pero en el cual lo entendí todo, mi mente se aclaro, se acabó mi bloqueo, se acabo mi dolor de cabeza, vi mi futuro y vi mi primera novela, ya no habría mas cuentos de terror solo mi novela mi primera y ultima novela.
- Después solo quedaron dos cuerpos inconscientes, carne sobre carne nada más que eso; sudor en el piso ropa desperdigada; cabello; sangre y sexo.
- Eso fue todo, sin decir palabra ella escribió un número en mi espalda con un lápiz bic que saco de su bolso, se vistió y salio de la habitación. Sentí como si ella nunca hubiese estado, solo yo. Recupere mi reloj y pensé, no se por cuanto tiempo, pensé en lo que tenia que hacer, hice un plan pero los deseche al instante esto tenia tenia que ser totalmente natural, cuando salí estaba anocheciendo camine lentamente de regreso a mi casa, extasiado, satisfecho.

1 comentario:

Mª Petronila dijo...

me encantaaaa!! esa mente tan retorcida e inentendible para una persona normal (suerte que no lo soy)...