martes, 9 de noviembre de 2010

Capitulo Cinco

            Éxtasis
-Durante todo el camino no dijimos nada, en las desiertas calles solo lograba sentir nuestras respiraciones, la de ella calmada y regular; la mia veloz e irregular; y el palpitar de mi sien sobre un dolor que se multiplicaba con cada latido de mi corazón ( si se le puede llamar así). Eran las once y cuarto cuando encontré un lugar para follar, pague por adelantado en la recepción y me dieron una llave con un pequeño llavero con un número 22 grabado ..... Continuara otro día.

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